El dinero de fondos que invierten en empresas con principios ambientales, sociales y de gobernanza ha pasado de un goteo a un torrente a medida que los inversores arremeten contra un sector afectado por preocupaciones de lavado verde, boicots de estados rojos y debates dentro de las juntas directivas.
La estrategia de inversión se ha politizado cada vez más después de que las empresas la utilizaran para abordar cuestiones ESG con sus empleados, clientes y otras partes interesadas. Signo de los tiempos, la frase. fue limpiado del programa oficial del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, después de haber estado en la agenda en años anteriores.
Los inversores retiraron 5.000 millones de dólares de fondos de inversión ‘sostenibles’ centrados en ESG el último trimestre, dice un nuevo informe de Morningstar. Estos retiros se producen en un contexto de recuperación más amplia del mercado a finales de 2023.
Durante todo el año, se retiraron 13 mil millones de dólares de los fondos ESG. En general, fue “el peor año calendario registrado”, escribió Alyssa Stankiewicz, directora de investigación de sostenibilidad de Morningstar.
Incluso los alcistas cambian de tono. BlackRock de Larry Fink, un defensor desde hace mucho tiempo de la inversión ESG, se ha vuelto más silencioso sobre el tema a medida que aumentan las tensiones políticas. especialmente entre los legisladores republicanos. La mayor parte de las salidas de capital del año pasado provinieron de un único fondo iShares ESG gestionado por BlackRock.
El mercado ESG todavía vale billones y atrae a una amplia gama de inversores que buscan rentabilidades sólidas e impulsados por una causa en la que creen. La rentabilidad media de los mayores fondos ESG fue del 20,8% el año pasado, según Morningstar, aunque va por detrás. el S&P 500.
Pero la rentabilidad de los inversores está por debajo de su máximo de 2021, perjudicada por el aumento de los tipos de interés y la falta de regulación que defina mejor qué acciones se consideran ESG, señaló Morningstar. Añade que la tensión política también tiene un efecto disuasorio. El mes pasado, los republicanos de la Cámara de Representantes intensificaron su vigilancia de los gigantes de los fondos como BlackRock y State Street por su estrategia de inversión ESG.
Wall Street reaccionó. Los administradores de fondos liquidaron 16 de estos fondos el último trimestre y abrieron siete, el segundo trimestre consecutivo en el que los cierres superaron a los de los nuevos participantes.