Promesa cumplida. Incluido en el programa del candidato Emmanuel Macron durante la campaña presidencial de 2022, el coche eléctrico a 100 euros al mes será una realidad a partir de enero de 2024. La gestación de este mecanismo de localización a largo plazo habrá sido larga, lo que no es sorprendente porque la El problema es complejo. De hecho, implica el compromiso de varios protagonistas –el Estado, las empresas de leasing, los fabricantes– y plantea cuestiones delicadas como el valor de reventa del vehículo al final del contrato de tres años o los mecanismos que deben utilizarse en caso de disfunción del El beneficiario.
El Presidente de la República, muy interesado en este proyecto, cuya realización anunció el día después de la clausura de la COP28, puede argumentar que el arrendamiento social no tiene equivalente en ningún lugar. Se inscribe en una larga tradición del automóvil nacional que, desde los años 1950, ha favorecido los modelos populares, incluso si eso implica renunciar a la noción de lujo francés y encontrar una traducción en el ámbito del automóvil.
El mecanismo presentado el jueves 14 de diciembre estará abierto a los hogares cuya renta fiscal de referencia sea inferior a 15.400 euros por habitación. Este umbral, que debería permitir llegar a la mitad de los hogares menos favorecidos, es idéntico al que regía la asignación del «descuento de combustible» ante el aumento de los precios en los surtidores en 2022.
El leasing se ha consolidado como un instrumento imprescindible. Habiéndose convertido en el principal método de adquisición de un vehículo por parte de los particulares, parece ser consecuencia de una deriva –la desconexión entre el precio de los coches nuevos y el poder adquisitivo de la mayoría de los consumidores– mucho antes del aumento del régimen de coches eléctricos, que actualmente representa el 20% del mercado. Hoy en día, pagar el alquiler como parte de una ubicación a largo plazo en lugar de comprar un vehículo adecuado no es una opción. Ésta es la única posibilidad de conducir por encima de sus posibilidades, sobre todo si se trata de coger el volante de un «watture».
comienzo cauteloso
El mecanismo anunciado por el Presidente de la República tiene el mérito de ir en contra de esta tendencia general de aumento de los precios, pero corre el riesgo de tener un impacto de magnitud limitada. En 2023, sólo debería afectar a 20.000 matriculaciones y estará reservado a quienes conduzcan al menos 8.000 kilómetros al año y/o vivan a más de 15 kilómetros de su lugar de trabajo. En 2025, el gobierno espera duplicar este volumen, que en el mejor de los casos representaría algo más del 10% del mercado de coches eléctricos.
Te queda el 55% de este artículo por leer. El resto está reservado para suscriptores.