La política de empleo no se ha salvado. En el plan de ahorro de 10 mil millones de euros presentado el domingo 18 de febrero por Bercy, se prevé reducir los recursos asignados a tres planes cuyo objetivo es aumentar el nivel de cualificación de los trabajadores y de los jóvenes. Un movimiento robótico que debería aportar 550 millones de euros al Estado para el ejercicio 2024.
La medida fue adoptada hace poco más de un año en la ley de finanzas de 2023, pero no entró en vigor por falta de un decreto de implementación. Ahora se está volviendo realidad. Las mujeres y los hombres que utilicen su cuenta de entrenamiento personal (CPF) para adquirir nuevas cualificaciones tendrán que pagar ahora una «participación». Se esgrimen varios argumentos para justificar esto. «tarifas de usuario» : un fuerte aumento en el precio de las acciones exentas en el marco del CPF o dudas sobre la «Relevancia» de determinados cursos de formación seguidos: el 17% de ellos se refieren a personas que no declaran “ni objetivo profesional ni finalidad profesional”según un estudio publicado en febrero de 2023 por los servicios del Ministerio de Trabajo.
El importe del resto a pagar “Aún no está decidido, pero se pretende que sea al menos el 10% del coste de la formación”, indicamos en el séquito de Catherine Vautrin, ministra de Trabajo. Tanto los desempleados como los asalariados que movilizan su CPF en el marco de un proyecto desarrollado y cofinanciado por su jefe, a través de un «abundancia» de la empresa. Las autoridades públicas cuentan con un ahorro de 200 millones de euros, sabiendo que, inicialmente, la dotación prevista para el CPF debía alcanzar los 2.200 millones de euros en 2024.
Fuertes críticas
Otros dos dispositivos se ven afectados por el endurecimiento anunciado el domingo. Las subvenciones concedidas a los centros de formación de aprendices (CFA) para cubrir los gastos de enseñanza se reducirán en 200 millones de euros. Además, el Estado reducirá en 150 millones de euros los créditos asignados al Plan de Inversión en Capacidades (PIC), un programa lanzado en 2018 para apoyar a los solicitantes de empleo poco cualificados y a los jóvenes sin formación académica.
Las decisiones del ejecutivo han suscitado fuertes críticas entre los sindicatos y el mundo de la formación. La introducción de una responsabilidad de bolsillo para los usuarios del CPF constituye “una mala respuesta a la necesidad de regulación”, declara Yvan Ricordeau, número 2 de la CFDT. Para respaldar su punto, el líder cedetista recuerda que, desde la primera quincena de enero, es posible pagar la licencia de motocicleta a través del CPF: “Ya cuesta decenas de millones de euros y no ayuda en absoluto a las carreras profesionalesdenuncia el señor Ricordeau. Esto es lo que hay que hacer, no un castigo ciego y generalizado. » En un comunicado de prensa, Force Ouvrière criticó el lunes la decisión del gobierno, que degrada “el derecho a la formación profesional de los empleados, aunque las transiciones futuras requieran un sistema cualificado, sólido y accesible”.
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