“Los partidos demócratas han ignorado los problemas de los agricultores durante demasiado tiempo”

“Los partidos demócratas han ignorado los problemas de los agricultores durante demasiado tiempo”

DMuchos agricultores europeos están furiosos. El enfado no es nuevo, pero el barril se ha desbordado. La frustración se expresa en las ciudades y en las redes sociales. Desde hace mucho tiempo la ira se ha ido acumulando en granjas y aldeas contra “los de arriba”en contra de ” política “, contra el gobierno, contra la Unión Europea (UE). La desesperación reina entre muchos agricultores que ya no pueden hacer frente al recargo laboral, al aumento de los costes, a la precariedad de los ingresos, a la dependencia de las subvenciones y de las empresas agrícolas, a la ausencia de perspectivas de sucesión para sus explotaciones y a las nuevas regulaciones que emanan de las capitales y de Bruselas.

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La exasperación está en gran medida justificada, pero se dirige a un territorio peligroso, hacia el abismo de los salvadores antidemocráticos, antieuropeos, racistas (en algunos casos fascistas). Estos salvadores bien financiados están prosperando porque ofrecen las respuestas más simples. Todo debe desaparecer. El gobierno, la UE, los ecologistas, la crisis climática. Una parte cada vez mayor de la población rural de Europa y países enteros, como Hungría y, en cierta medida, Italia, se encuentran en este terreno; Trump ya no parece estar muy lejos.

En Alemania, la coalición gubernamental formada por socialistas, ecologistas y liberales (la coalición Ampel) puso en circulación miles de tractores al cancelar las subvenciones al diésel agrícola. A principios de enero, la asociación de agricultores alemanes (Deutscher Bauernverband, DBV) convocó a protestas. “como Alemania nunca ha visto”, como había amenazado su presidente, Joachim Rukwied, antes de Navidad. Los controles organizados por el DBV en rampas de autopistas y en cruces sensibles perturbaron el tráfico en muchas ciudades durante semanas. A pesar de distanciarse oficialmente del partido AfD, no se pueden ignorar las señales de infiltración de la extrema derecha en las protestas y en las redes sociales.

Lidiando con el caos

Al igual que en Francia, en los Países Bajos, Lituania y Bélgica se están desarrollando partidos extremistas que utilizan el malestar de la población rural para conseguir votos. Lo vimos, el 24 de enero, con la participación de Marion Maréchal junto con la Coordinación Rural, la Alianza de Agricultores Irlandeses y las Fuerzas de Defensa de los Agricultores de Bélgica, en la manifestación descrita “Librar la guerra de la Unión Europea (UE) contra la agricultura”a petición del Mathias Corvinus Collegium, un instituto financiado por el gobierno húngaro de Viktor Orban.

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By Raul J. Gomzalez

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