A pesar de un contexto económico sombrío, el déficit comercial de Francia se redujo en 2023. Pasó de 163 mil millones de euros en 2022, su récord histórico, a alrededor de 99,6 mil millones, según las cifras reveladas el miércoles 7 de febrero por la Aduana. Las importaciones alcanzaron los 731 mil millones de euros (– 7,1% vs. 2022, después de un aumento del 29,4% en 2022) por 607,3 mil millones de euros (+ 1,5% vs. 2022, después de un aumento del 19,1% en 2022) de exportaciones.
Estos datos, publicados en ausencia de un ministro o secretario de Estado responsable del comercio exterior, no tienen en cuenta el comercio de servicios (principalmente servicios financieros, turismo y servicios de transporte), que suelen ser excedentes.
La caída de los precios de la energía es decisiva
El claro deterioro del déficit comercial en 2022 estuvo relacionado con el aumento de los precios de los hidrocarburos importados, así como con la necesidad de que Francia importara electricidad debido al cierre de varias centrales eléctricas, una situación sin precedentes desde 1980. En 2023, la mejora en nuestra balanza comercial puede explicarse por razones simétricas. Los precios de los hidrocarburos importados han caído, mientras que nuestras exportaciones netas de electricidad se reparten gracias a la reactivación de nuestro parque nuclear.
Estos ingresos por ventas de electricidad fuera de nuestras fronteras “Acaban de volver a su nivel anterior a la crisis”, señala Vincent Vicard, director adjunto del Centro de Prospectiva e Información Internacional (Cepii). En 2023, el balance energético mejoró en 46.600 millones de euros. Todo hace pensar que, en los próximos años, los precios del petróleo y del gas seguirán siendo uno de los principales determinantes de la balanza comercial.
Pocos efectos de la reindustrialización en el comercio de productos manufacturados
El esfuerzo de reindustrialización emprendido en Francia desde la crisis del Covid-19 aún no se ha traducido en un aumento espectacular de las exportaciones de productos manufacturados. En efecto, excluyendo la energía, las ventas de productos manufacturados mejoraron en 22,8 mil millones de euros. De hecho, en 2022, las importaciones de bienes intermedios (química, plásticos-caucho, metalurgia, etc.) experimentaron una demanda muy fuerte, tras la escasez de oferta post-Covid. “Esta demanda se ha normalizado en gran medida en 2023, de ahí la vuelta a la normalidad del déficit sectorialobserva Stéphane Colliac, economista de BNP Paribas. Pero estos efectos favorables no deberían sentirse tanto en 2024, lo que limitará el margen de mejora adicional que se espera para este año. »
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